Un primaveral y soleado viernes por la tarde, cuando se supone que está terminando tu maldita jornada laboral tras una dura semana, aquí sigues, sentado… Tu jefe, el Caradetetas, no se ha ido, y tú, al te tiene manía, estas como un tonto esperando que marche pero no lo hará, porque tu jefe solo desea verte trabajar. En un alarde de valentía puedes probar a salir por la ventana pulsando hacía adelante...